viernes, 25 de febrero de 2011

La primer lluvia del año.

Porque aprendí, un poco antes de ti, que podía "solo" caminar, porque te ibas y lo sabía, por eso al final un abrigo, para la larga jornada, por eso unos zapatos, para que pudieras irte lejos, por eso llueve, por eso cansa, por eso hoy no encontré, mendigando tu córazón, si la risa vacía y también cubriendo los dulces típicos, una manta azúl que con el viento se rajaba, hoy hay pistolas entre Lerdo y San Juan de Letrán, la República del Uruguay y la banqueta de enfrente, cualquiera puede matar, no lo puedo parar.



Las luces naranjas reflejadas, en unas uñas muy bien pintadas, una piel que no raspa, una pregunta, como lo piensas y luego haces, tú puedes cerrar la puerta si piensas salir, pero el cuarto es demasiado grande, estoy pensando en invitar a más gente a pasar. Si hay cigarras, chapulines, si hay pájaros caros o perros mastines, en tus carreteras empieza el regreso, apenas has podido comenzar a viajar y ya te comienzas a ver agotada, hay metralla afuera, no hay paraguas, ya no más, hay que salir a jugarlo pero no lo hagas si sabes que vas a ganar, así qué chiste tiene jugar.

Cuando siento ojos nuevos, piel lastimada, veo y no bajo la mirada, tengo un respeto enorme por la primera lluvia del año, si, siempre y cuando y siempre sea de renacer, de un nunca volver a olvidar, que hay un porque diario por el cual empezar, conociendo, rastreando, completando el infierno luminario, con las técnicas de novato carcelario, quien obliga y quien no entiende, quien te miente y no lo defiende, quien vive en el completo cinismo porque no sabe dar la cara, quien en ego disfraza con manta clara, la vida goteando sangre desgarrada.

El viento exige, las faldas, las mujeres mexicanas acaloradas, el agüa fresca que baja, la cocina que huele a Piquillos de Lodosa, la cerigrafía del centro de la Ciudad de México, que canta cadenciosa, con el zócalo vacío y el corazón repleto, sin sueño, con un ardor en la parte baja, con la boca sonriente, una pastilla azúl, un libro amarillo, un abrigo rojo, unos hijos de camello, unos perros desmadrosos, un piso que mojado se torna peligroso, la mirada reflejada, la música de la Cuba "liberada"; no mires a la cámara, esta foto puede volver a valer, en el día más grande desde que crecí, la cabeza se ha ido tan alto de mis hombros, que si desde aquí vuelvo a caer, se podría considerar, que al final no he podido, que me he querido sucidiar, o que he vuelto a perder.

Todo por esperar resbalar, por el arte de la primera lluvia del año, la tierra apretada, y el siempre peligroso, piso de Bellas Artes, que mojado no recordaba, como se torna resbaloso.

La recomendación de la semana: Velvet Crush, Remember The Lighting.
Por cierto, nadie opina de las recomendaciones, son malas o qué.

2 comentarios:

  1. esTimado FéNix:

    nO hay comentarios de las recomendaciones, no los conozco, osea por ignorante lo dejo en blanco.
    Tanta nostalgia me dejo otra vez "empapada" de aquella primera lluvia del año....me pregunté donde estaba yo...y aun recordándolo, no me pude escapar de tu propia calle enlodada.
    SALUDINES!

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