martes, 28 de junio de 2011

Sos

Cuando el cielo tiene prisa, ¿has oído el viento acelerar tu oído? Te has sentido como el último aliento vivo del que está por morir, las nubes se tuercen y reinventan, algunas veces fantaseo con los cielos recogiendo mi último suspiro, que me elevo, ¿te has soñado entre el cielo claro?, un relámpago y la lámpara de petróleo que está por acabar. Una escena que podría retratar.

¿Has visto la tierra cruda, reseca, palpitando el calor de marzo? Cuando azota el trueno y la paz se regurgita de entre el centro de un oscuro pensamiento, como la marea, como la sal de la cara avasallada, amo lo que veo, veo lo que entiendo, entiendo lo que soy, soy lo que anhelo. La bujía de un ojo tenue, la cuerda del arpa, el arco del árabe, el verde del pasto, la calma del añil, el unicornio que no volvió a casa y de blanco se murió, del olor a lo diurno colorado, del azúcar y el azar. Una ojera de poeta, una mano que tiembla en el adiós, el dinero muriendo, la sonrisa falsa, el despertar de una pareja que apenas se conoce 20 años después de casados. Una escena que podría retratar.

Catarsis en tu dentadura vomitando falsa esperanza, inexacta letra escarlata para firmar el deceso anunciado, el mosco, la hinchazón, el veneno, la molestia, quien te rasca, quien te solapa, quien te pide abrir esos labios delgados y exige el grito de dolor de tus tripas, quien recuerda que el juego termina con la última figura de pie en el tablero, quien recuerda que una fantasía era la lluvia de agosto en las calles de la Sorbona, quien te penetra y no te sufre más que los demás, quien te revisa el iris y sabe que tu corazón está por acabar. Una escena que podría retratar.

Con el coral de rodilla y el perro acurrucado en un momento, con la fácil cadencia del amor que empieza, con la rara sensación de conocer a alguien nuevo desde hace tanto tiempo, como aquel sentimiento de que ya vivimos en una casa que no tiene ni largo o alto, ni ancho, sólo tiempo, rompiendo las puntas de los lápices que se enredan en la hierba del salero cántabro, sin luz en el candelabro, con ojitos, sin manos para acariciar, con los brazos recién reventados, sos cama, porque en ti reposo, sos el olvido del cerrojo, sos la puerta abierta de la casa todo el domingo por la mañana, sos una escena que podría retratar.

La recomendación de la semana: While my guitar gently weeps, los beatles de Liverpool port.

lunes, 4 de abril de 2011

El beso del Diablo.




Con abril en la carita, una sonrisa y la ternura en las manos, una banqueta llena de abrazos espera la mirada de los miles de ojos que buscan a mamá.

Y tú, con corazón de guardería, con sonrisa llena de nubes, con las manos de vela, de candíl, coronadas en uñas de luz, con ida y vuelta, frente y doblez, con un tacto que cuida el futuro, con lo que se quiere pero pocas hacen, con lo que te obliga a ser feliz, con lo que entiendo es la semilla de azúcar lo que siembras en el terreno de la soledad y es la flor de caricia lo que cosecho cuando te riego, porque te ilumina el sol de la endrina, la cera de coco y yuca.

Yo puedo ayudar también, yo he visto el mundo girar 6 meses sobre el mismo eje, no ha importado la batalla, ni lo largo del día, todo se enfoca en el resultado final, la noche siempre tiene que llegar, al frío con el tiempo muerto, al tocar tu rodilla mientras no puedes responder porque alguien más te habla, al escuchar tu reclamo hundido en una sonrisa, lo que comienza, la complicidad.

Misma boca, diferente significado, al final del día, un tintineo de ojos, una respuesta inteligente, un libro en común, una banca que espera a que te sientes conmigo, un viernes que termina en domingo por la noche, una sonrisa que lleva a dormir a los ingleses junto con los irlandeses de mi corazón, en la misma cama sin problema alguno, aún en el mismo barrio que antes bombardearon quienes no tuvieron aprecio por el corazón o las tradiciones, ahi mismo hoy se contruyen literas, refugios, funcionan de nuevo las panaderías, se alza una bandera, se rie un sol, se oye a un gigante cantar, se entiende, se escucha el blanco sollozar, ha dejado de llorar la histeria, se calienta la mano el soldado, se eriza un venado, se limita la tierra de Dios, se expande el beso del diablo.

Se oye un padre nuestro, no real, pero sale de mi boca, mientras dejaba de estar hincado no podía creer que me estaba levantando de verdad.

La recomendación de esta semana: Wonderful world, Louis Amstrong.

lunes, 21 de marzo de 2011

El puente a las bodas de Cana.

"Llenad de agua las tinajas: Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora y llevad al maestresala. Así lo hicieron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía, aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían, llamó al esposo y le dijo: Todos sirven primero el mejor vino, y cuando ya han bebido bien, el peor; tú al contrario, has guardado el vino bueno hasta ahora. Así, en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de sus milagros con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él".


¿Agua en vino? Eso era un milagro, pero un señor milagro hubiera sido, que en pleno mediterraneo, Cristo hubiera convertido el agua en atole de chocolate, o en aguita de piña, si ni conocían las piñas por allá , algo que no fuera alcohol pero este milagro deja en obviedad que Dios quiere que bebamos y así siguiendo su mandato, éste fin de semana me dediqué a complacer al señor.


Fui al cumpleaños de dos de mis amigos más antigüos a una casa de campo, tenía otros planes pero ya saben, en la semana se fueron modificando y se puso en japonés cumplir con ellos, así que previa compra de chelitas en Valle Dorado con el negrito, fuímonos arrimando a la perdición campirana.


La ida no fue el problema, esa fue de bajadita, el regreso, ese si, se puso cuesta arriba. Por ahí de las dos de la mañana, algo me molestó en las paredes de mi mente, decidí salir del lugar a buscar "pelea" en otro lado, no recordaba hacia donde, dicen que fue un poquito rapidito que me salí, tome carretera, y lamentablemente, me encontré por primera vez en condiciones dudosas para pasar mi tercer examen de alcholímetro, sobre periférico, acá comienza la verdadera aventura del fin de semana, reprobé con 4.1 el nivel mínimo de alcohol, según me comentaron era de 4.


Poco a poco ví como se iban llenando las patrullas con mismos cuates en mismo estado, yo ya iba con dos compañeros en desgracia que habían sido previamente arrestados y se encontraban en condiciones depresivas, esperamos a un 4to quien no tardó en llegar igual con cara de circunstancia, aproveché el tiempo para hacer llamadas de aviso y auxilio, mandar mensajes, en fin, informar donde y como estaba, me dispuse a cumplir mi condena, -antes de colgar el teléfono le dije a mi primo, bueno, no me voy, me llevan"- y me puse en humor, a soportar con risa la desgracia, por tomar y manejar, por no salirme en Arboledas, por no cenar alguito, por tomar tequila como un perro del desierto de Matehuala toma agua en Abril a las 3 de la tarde.


Ya una vez en la patrulla, comenzamos con las normas de etiqueta, "cómo te llamas, espérate pónganse vivos para ver si nos chispamos,oye guey, cuanta lana traes tú- pos como mil, y tú, pos igual, oye y si le decimos que le damos 4 mil entre todos, no van a querer, o tu déjame negociar a mi, ya verás, yo soy bien bueno para eso, si guey pero ya se llevaron los coches en grua, mmmta ya valió, de esta si ya no nos salvamos-"


Llegamos frente al "Licenciado", nos quitaron cinturón, cartera, celular, cámara, y agujetas, en mi caso, los zapatos completos, "sólo porque no quiero quitarme las agujetas", -pos como uste quiera joven, sólo le digo que el piso esta frío- Y una vez firmadas las bolsas de las pertenencias, a cumplir las condenas. Llegué a la "celda", una especia de sala, donde ya dormían unos 5 sujetos, deprimidos, ojos rojos y mocosos, en una salas imitación piel café amplias, con televisión de pantalla plana y un baño privadito, con puerta de menos. Eso si, con todas las ventanas cubiertas de plexiglas, y unos pequeños agujeritos para permitir la entrada del aire. Empece el alboroto, "y tú por qué estas aqui" "yo soy presunto culpable" "eeeeeey no hay cable, devuelvan las entradas, devuelvan las entradas" "y usted por qué me acusa, porque es mi chamba" y la fresada a reir, llega el poli molesto, a ver pinche gordito, ahorita se te quita lo simpático, y voy pa´ fuera, me pongo nervioso, y zaz, segunda galera.


Acá están los jodidos, todo es de azulejo naranja o café, dos camas de piedra montadas en la pared, todos debajo de ellas porque ahi no pega la luz, sólo hay piso, los baños no tienen puertas, están a la vista y todos orinados, acá la banda, se les nota, mientras los primeros fueron detenidos a las 2 de la mañana, por ebrios, arriba de sus coches, en fin de semana, estos de la segunda jaula, estan por andar bebiendo en la calle, por pelearse con su mujer, por aventarle piedras a otro señor, por fumar mariguana, estos son diferentes, tú por qué estas aquí me preguntan, rápido pienso, por pegarle a un policía cuando me estaba deteniendo, si pero por qué te detuvieron, no me acuerdo les digo, chale, y tus zapatos me dice otro, pues me los tumbaron, chaaaaale y porque te traía del pantalón el tira, pues porque también me puse agresivo aquí, aaaaay si muy chingón, pues dile al tira que cómo le fue y todos a reir-"ánimo delincuenciaaaaaaa gritaba el último llegado" antes de ser callado por el tinaco "otra de esas y te rompo tu madre, déjame dormir". Acá tardé en adaptarme, pero el hecho de que llegara el policía y me dijera, "no me estes chingando, lo tuyo es inconmutable ni me preguntes cuanto te quedas" me ayudó muchísimo. No maaaaaanches inconmutableeeee. si le rompiste la madre muy cabrón o qué, (uffff, no saben que es incomnmutable y les suena tan feo que ya la hice,pensba) Y de dónde eres, pues de Veracrúz, y por qué no tienes acento, porque vivo aqui de mucho tiempo, y así, poco a poco se iban unos, llegaban otros y cuando me quedé con 2, vino el policía por mi, ya te estas tranquilito, y que me regresan a la jaula popis.






Allá ya estaban firmando unos papeles que según se firman a la mitad de la condena, hay quienes los firmamos a las 4 horas, otros a las 8 horas, y otros a las 12, dependiendo del grado de alcohol que uno trajera cuando se hace la prueba, yo tenía nivel de 8 horas de pena, pero no me dieron a firmar nada, nos formaron y separaron, y cada que nombraban a uno le decían, pagas 1500 o te sigues las 4 horas que te faltan, y entonces me volvía la vena simpática y les hacía la música de la catafixia y ya se reían los tiras, estos ya era los del cambio de turno, estaban frescos y aún de buen humor por la mañana, luego daban unos papeles y se imponía la música de graduación taaaaaaa, tararaaaaaa raaaaaaa raaaaaa, y se fueron relajando también los presos, "ánimooooo delincuencia" y acá nadie me calló, me estaba pasando un rato bomba, conocí a un pobre joven de 22 años que venía de Querétaro a una comida el día domingo y no tenía modo de comunicarse, su comida era en Arboledas, "pues te esperamos y nos llevas, al fin tu eres de los de 16 horas, te podemos esperar y nos presentas con tus primas- "estos son mis amigos, los conocí en la cárcel" y sino me desquito contigo le decía, y se quedaba serio, no es cierto, a la gente de provincia se le quiere acá, tú como tratas a los chilangos por cierto, nooooo pues yo muy bien, si mi papá es de aquí, yo nací aquí, -más te vale- y toda la banda a reir menos él, se asustaba muy rápido.


Conocí a otro que vivía en Gaviotas, un señor ya de 40 y tantos, éste ya me hizo reflexionar, él ya había atropellado a alguien tiempo atrás, se había tenido que fugar de taxistas, había tenido que ir a Barrientos, le había salido en 450 mil pesos el chistecito y no había entendido, su mujer le habría dicho cuando le dieron el derecho a la llamada "ya hablé con el juez, traías tanto de alcohol, y te vas a quedar 16 horas, conmigo no cuentes", ya no me dio risa, sólo atiné a decir, pues manito, es que si la verdad lo que hicimos no es una gracia. Se vino la reflexión en la galera, al tiempo que pasaban Batman en la tele.


Policíaaaaaaa quiero mi llamada gritaba,  un vasito de agua, mi notificación de menos, quiero saber porque ya todos los de 8 horas se fueron y yo sigo acá, -el agua esta prohibida- me decía, de la llamada nada me notificó, estaba incomunicado, "mis papás son cardiacos poli, por eso no le van al Cruz Azúl, necesito avisar" y venían los que hacían la llamada, "agarraron a una chavita de 17 años, por robar, esta llorando bien nerviosa" todo el pinche futuro por delante y ya regándola. El calor se elevaba, qué hora será, ponle al 2 a ver si hay fútbol, una aspirina, me siento muy mal, Getzemaní se preocupaba, en mi coche había mota, ¿no la detectarán? Pues quien sabe, pero ya te hubieran dicho algo, si verdad, oye y tú Abel, no se querrán pasar de listos contigo, que te vayan a agarrar para justificar otra cosa sólo porque les caiste mal, y que me pongo otra vez a pensar, justo cuando me entraba el miedo, el policía pregunta por mi, me sacan, me dan mis cosas, me dicen, paga su multa ahora o luego, pagué, salí, respiré y estaban dos chavos afuera de los que estuvieron conmigo, eeeey foto de genración, nos vemos el próximo sábado acá, afuera si ya dan ganas de reir pero más de verguenza que de otra cosa.


Le hablé a un amigo, fuimos a comer, luego llegó otro, y otros 2, eso si, con la misma ropa, con los zapatos sucios, con la memoria intranquila, y recordando, ufff, yo me quería ir al péndulo, seguro hubiera atropellado a alguien, que bueno que es domingo, y estoy comiendo mariscos con mis aimgos medité.


Risas aparte ¿cuánto valen las cosas tan pequeñas como que puedas salir a comer un domingo con tus amigos? Cuánto el no tener en la conciencia un atropellado o pleitos con tu familia. Es algo que tengo que llevarme, espero este puente me haya llevado a un lugar mejor, la experiencia ya la tengo.


La recomendación de la semana Street fighting man de los Rolling Stones, en honor a la calle.

jueves, 17 de marzo de 2011

Hoja al vuelo.

Salir al mundo sin salir de mi cuarto, en volandas uno viaja desde arriba de una bóveda celeste, puede ser el espíritu del cual me sostengo, una pared de libertad, las montañas terminadas en puerto, el calor de las manos que hoy dejo de sostener, este es el fin, aquí te termino de contar mi vida, acá te bajo del barco, recuerda, esto era un puerto, esto es hoy, un nuevo rosal.

El pañuelo, que antes caía en tu yugo, salpicaba mi nostalgia por tus besos, hoy alza vuelo y estremece el sentido, loca libertad, la de Gandhi, la de Mandela, la de la cárcel  que perdona y procura el amor que enaltece, la de cárcel y buenos deseos, la que se cierra con rejas muy fuertes y un enorme candado de pan y chocolate, te vas, porque yo ya no me quedé a ver si te ibas, te fuiste,  porque cuando quieras venir a por mi, yo estaré a dos pasos de gigante de aquí, a tres vuelos de molino, a dos avalanchas de nieve y almendra, durmiendo en un naranjo nuevo y frondozo, sin risa y llanto, con la cabeza recargada en lo fresco y el ojo brincando en el pasto.



Ya regresé firme para mi, casi que duele volar sin cadenas, viajando libre, sin maletas ni horarios, sin saber cuando vuelvo o si lo hago, con las ciruelas que sembré, hoy me veo completa, sin que pueda recaer, así por la distancia, que marca el mundo será Canada, ahi donde el tiempo no merecía, donde la caricia se hizo añicos, donde al vuelo de una hoja, regresé para apoderarme de mi cuerpo, de mi mente y de lo que tu quieres pero ya no tendrás.

Releo mi espejo, vuelvo para no regresar a cantar, sin el ritmo que marcaron tus pasos, la responsabilidad mía y única de la felicidad, el azúl, el verde, el morado, todo lo que se tenga que ir, ya lo he guardado, desde la misma barra de un lejano garito, con la noche espartana, con la lanza llena de sangre noble, sin Elena, con hambre de respirar, tú si sabes como, con ese aire frío, que se cuela entre las cejas y los sueños, con ese dolor frío que arremete y cala en la sonrisa, así te dejé hoy que el teléfono colgué. Vuelve a llamar, tal vez te conteste, no se desde que parte del mar.

Al valor de Alejandra Diaz.
La recomendación de la semana: Nessun dorma, cualquier versión del gran Lucciano.

viernes, 11 de marzo de 2011

La gloria pequeña (glorieta) de los Insurgentes.

Caminaba hoy por ahí, saliendo de la calle de Oaxaca buscando rumbo hacia Havre, de sur a norte, todavía consternado por la cantidad de pornografía gay que se vende sin tapujo alguno en Insurgentes cerca de una escuela, en las medianias a la glorieta de los Insurgentes.

Bajaba las escaleras hacia el metro, esas escaleras donde reporteaban hace 3-4 años el fenómeno de los punks golpeando emos, de los rockers golpeando emos, de los ñeros golpeando emos, de los ¿taqueros? golpeando emos, aquél fenómeno que hizo de los emos, una tribu urbana perseguida y odiada, nunca entendí por qué, de Monterrey hasta Chetumal.

Sangre de juego, sangre de intolerancia, "ese era el campo fértil donde a los mexicanos les dejó de importar si mataban a su hermano o su primo" se podrá describir si dentro de 35 años nos vamos a la mierda como sociedad. Una película que no tendrá un final muy entendible.

Entrando a la glorieta recordé las historias de los antiguos, esas historias que me hacen anacrónico, como si hubiera vivido una época que nunca me correspondió, esa época donde las personas mayores al platicar conmigo llegan a decirme "recuerdas aquellas...." para reflexionar que soy 30 años menor.



Así recordé y me quedé callado, mientras un "mono" estaba al lado viéndome con cara de intriga, observando el rededor de la glorieta, la orilla, lo que se le quita al pan bimbo si no conoces el hambre, pensando, cómo habrá sido aquello que me refería mi papá cuando pasábamos por acá, 10 miutos para mi, para respirar mi adolescencia.

Imaginé lo que decía mi papá cuando circundábamos por fuera en las noches que veníamos del sur. Casi pude ver esos pequeños bares de "before", teniendo motivos de guitarras rock n´roleras, peluches, fumarolas, estolas, pelucas altas, labiales naranjas, tacones altos, uñas de pies y manos pintadas de intensidad a la orilla de una fuente que en su momento tuvo que ser hermosa, y que hoy es una colección de orines y escupitajos, chamarras de piel o lana, con codos bicolores, patillas, sombreros, todos ansiosos por empezar la noche, justo en la última garra de la Zona Rosa, donde la "chaviza" bailaba sus rituales extraños ago-go en los bares que hoy son cafés internets o baños públicos, antes de que llegara el demonio, en lo que hoy ya es la estación del temido metro, esa bestia naranja de hierro que comunica y populariza, comprobando que es cierto, todo lo que toca el metro, lo destruye, lo hace social, real y humano-mexicano, esa parte humano-nacional que nos empeñamos en borrar de nuestros modos, al hablar en inglés, viajar al extranjero, tomar whisky, comer en Chilis, comprando ropa italiana, café árabe, escuchando música inglesa. Algo debe de estar mal cuando un japonés y un mexicano visten idénticos y se suben al mismo coche para comer en el mismo lugar, beben lo mismo y mueren de una sobredosis de la misma droga, todo en sus paises de origen. El metro, ese hermoso animal que un día será el subway.

Me acordé de mi prepa, de la última vez que estuve ahí, me dio la nostalgia normal cuando chocas de golpe e imprevisto con algo que te marcó, ahi me asaltaron una vez, ahí besé a alguna (no te delates) alguna vez, ahi me quedé de ver con tantas personas alguna vez, y 10 años que no me metía ahí, ni tan solo una vez. La casa comunal de un capitalino al menos una de ellas, de un suburbiano dirían los ingleses, la vuelta a la vida, a la pequeña gloria, a la glorieta.

Ahi sigue, no en las Lomas ni en Polanco, el corazón de la capital y la psiquie del miedo de su sangre, nosotros los capitalinos, ahí perdura y trascienden al tiempo la esquina de los mariguanos, la laja de los raperos, los mismos emos, un mara pidiendo un poco de ayuda y luego buscando la manea de culear a quien le acaba de ayudar, muchos indigentes de los felices y de los perdidos, de los agraviados, una melé de carteristas, paqueros, cadeneros, gatilleros, retinteros, chineros, contando los botines justo al lado de policías gordos tomando fanta y riendo con dientes de metal, puestos de tacos sumergidos en grasa, estudios improvisados de fotografía, baños con agujeros de la gloria, negros, gays, machines, achicopaladores, barrios, estudiantes de secundaria y sus uniformes de lagartijos o cucarachos, mamás con tacones, los fresas espantados que voltean a todos lados, los que aún usan walkman, los bailadores de break, los que oyen reegae, y los que como yo, fuimos de una tribu, que nunca fue lo suficientemente importante como para tener una ideología que nos identificara. Los perros analistas.

Ahí están todos los parias, parece que son los mismos pero con diferentes caras, si ya no se oyen las mismas palabras si se oyen los mismos tonos, algún mismo acento, es un respiro después de lo que atormentaba hace unas semanas, el por fin ya encontrarme con lo que extraño, pocas personas saben que yo bajo al inframundo y no huyo, sólo a ver y respirar, siempre seré o grunchero, o fresa, o sateluco, o niño malo con cara de bueno, pero como ellos no se han ido yo aún me supe mover, porque el temor es lo que no puedes mostrar, porque un capitalino orgulloso, debe de saberse manejar, en la pequeña gloria de un insurgente, aunque sea de ida y vuelta, trajeado como no debería, buscando las venas de Avenida Chapultepec, en la impresionante calle de Havre, ahí donde radica, la Embajda de Veracruz encalavda en la hermosa Ciudad de Tenochtitlan.

Larga vida al Atlas de Guadalajara esta semana.
La recomendación de esta semana: So young, de los Stone Roses.
Gracias a mis lectores por sus comentarios jeje.

viernes, 4 de marzo de 2011

Acrofobia



Lo que arrastra mi mirada a la perdición, me enjaula en una colmena, zumbando  corduras atando la sin razón, tiene que ser el hilo de tu falda negra. Con el ojo negro en canica inflamado, el colmillo ensartado en la boca rota, la tarde caliente que apenas se muere y el ajuar en la casa  de vivos que mueren.

Tienes el ritmo quemando las piernas, el sudor de la histeria en un tráfico eterno, la sangre que sube luego baja  y en lajas se arrea, el jadeo eterno de una noche que embruja, desata volcando las manos sin tregua, la lluvia esmeralda de tus  piernas eternas.

Para vivir hay que cantarte un poema alegre, alegre un poema te canto si muero, que no hay que voltear atrás dice un letrero, que se hunde el equilibrio si me incluyo en tu cintura , mi  risa que curva los llantos del río del Duero. Así, desde lo alto de tu pecho,  el vértigo de volver de una montaña cerrada, el rezo eterno azúl a San Patricio, la firmeza y la caricia del cuerpo solidario, una canción con olor a carbón, roble y mar de estela.

En tu piel, un mar de libros que si se leyeron antes de morir en la fogata turca, el gran amor que deja cosas pequeñas, las mañas obscenas, ¡no voltear abajo! puedes morir de pena, toda una historia de cómo hacer la vida, cómo matar el amor, como elevar la cadera y así desde lo alto, rodar pista abajo y casi al caer, encontrar tu mano blanca, que me coje en vilo, ¡ y al aire otra vez! repitiendo el truco siempre por la vida turbia.

Sagrado.

Recomendación de la semana, Coisas Pequenas de Madredeus.

viernes, 25 de febrero de 2011

La primer lluvia del año.

Porque aprendí, un poco antes de ti, que podía "solo" caminar, porque te ibas y lo sabía, por eso al final un abrigo, para la larga jornada, por eso unos zapatos, para que pudieras irte lejos, por eso llueve, por eso cansa, por eso hoy no encontré, mendigando tu córazón, si la risa vacía y también cubriendo los dulces típicos, una manta azúl que con el viento se rajaba, hoy hay pistolas entre Lerdo y San Juan de Letrán, la República del Uruguay y la banqueta de enfrente, cualquiera puede matar, no lo puedo parar.



Las luces naranjas reflejadas, en unas uñas muy bien pintadas, una piel que no raspa, una pregunta, como lo piensas y luego haces, tú puedes cerrar la puerta si piensas salir, pero el cuarto es demasiado grande, estoy pensando en invitar a más gente a pasar. Si hay cigarras, chapulines, si hay pájaros caros o perros mastines, en tus carreteras empieza el regreso, apenas has podido comenzar a viajar y ya te comienzas a ver agotada, hay metralla afuera, no hay paraguas, ya no más, hay que salir a jugarlo pero no lo hagas si sabes que vas a ganar, así qué chiste tiene jugar.

Cuando siento ojos nuevos, piel lastimada, veo y no bajo la mirada, tengo un respeto enorme por la primera lluvia del año, si, siempre y cuando y siempre sea de renacer, de un nunca volver a olvidar, que hay un porque diario por el cual empezar, conociendo, rastreando, completando el infierno luminario, con las técnicas de novato carcelario, quien obliga y quien no entiende, quien te miente y no lo defiende, quien vive en el completo cinismo porque no sabe dar la cara, quien en ego disfraza con manta clara, la vida goteando sangre desgarrada.

El viento exige, las faldas, las mujeres mexicanas acaloradas, el agüa fresca que baja, la cocina que huele a Piquillos de Lodosa, la cerigrafía del centro de la Ciudad de México, que canta cadenciosa, con el zócalo vacío y el corazón repleto, sin sueño, con un ardor en la parte baja, con la boca sonriente, una pastilla azúl, un libro amarillo, un abrigo rojo, unos hijos de camello, unos perros desmadrosos, un piso que mojado se torna peligroso, la mirada reflejada, la música de la Cuba "liberada"; no mires a la cámara, esta foto puede volver a valer, en el día más grande desde que crecí, la cabeza se ha ido tan alto de mis hombros, que si desde aquí vuelvo a caer, se podría considerar, que al final no he podido, que me he querido sucidiar, o que he vuelto a perder.

Todo por esperar resbalar, por el arte de la primera lluvia del año, la tierra apretada, y el siempre peligroso, piso de Bellas Artes, que mojado no recordaba, como se torna resbaloso.

La recomendación de la semana: Velvet Crush, Remember The Lighting.
Por cierto, nadie opina de las recomendaciones, son malas o qué.

martes, 15 de febrero de 2011

Valiente!

Cuando te vuelva a ver ya no seremos los mismos nosotros, ya no habrá una mirada cómplice de mi parte, mi instinto de cuidarte se volverá predador, cuando te vuelva a ver, no dolerá que no me hayas pensado como amante, no será el día lo que nuble, no será el viento lo que sople, cuando te vuelva a ver, mi mano no será de tinta, será de alambre, sabrás poco de mi, lo poco que quiera contarte.

Pero mientras, que te vi, sali de tu casa y sabía a sombras, a sangre en la puerta, a uñas rotas por la mitad, a gatos que extrañan, a caminos que siempre tuyos ya no te pertenencen, te di las gracias, te amo hoy tanto como ya nadie lo hace, no importa que alguien pase por ti otro día, nadie pasará por ti ahí como yo lo hice, con corazón de carruaje, con ilusión de linaje.


Te irás, dejarás todo atrás, así estás, jugando volados con la vida, no encontrarás en mi el consuelo, simplemente porque no lo necesitarás, ya no tendrás que remarcar que no provocan nada mis ojos sobre tu alma; siempre has sido tu muy buena, y tus últimas dulces flores serán pagadas, tus últimos lindos pensamientos, los recibirás poco a poco, tus palabras de respeto, de herida que cierra, las oirás de otra boca y entraran dulces por tu cabeza, y entonces ahora si, sabrás lo que sentí, cuando te iluminó por última vez, la luz eterna de mi corazón errante.

Ahora lo veo, nuestras miradas esas si, ya no son las mismas.

La recomendación de ésta semana: Superstar, el cover de Sonicyouth
De Abel Valdivia para Melody Alanis; -recuerda- "ah no, tu a mi no me vas a matar, tú no".

viernes, 11 de febrero de 2011

El box, le guiña más el ojo a la vida que a la muerte.

Hoy jueves 10 de febrero del 2011, tuve mis primeros 3 rounds de boxeo en mi vida, hoy sentí algo bien diferente dentro de mi, la dualidad retratada en un instante, es algo diferente a todo lo que había practicado en mi vida, a todo lo que había sentido, siempre lo supe pero ahora lo confirmo, el boxeo es a ciertas personas, un modo de entender la vida y por más agresivo que parezca, es mucho más cercano al ansia de vivir que a la necesidad de matar.

Mi corazón es más grande de lo que esperé, en un momento, al mismo tiempo, pensaba 5 cosas distintas, el corazón me arrimaba a la lumbre, el cuerpo me alejaba de la metralla, la mente me alertaba, el todo tenía memoria y actuaba al mismo tiempo, la guardia, el regresar el jab, combinar arriba y abajo, y siempre palpitando, dedicando mi vida a quien se lo prometí, tuve la capacidad de reir de mi mismo al final, todo porque el proceso lo sentí puro, natural, un parto premeditado.

Como era normal, a 24 días de entrenamiento, me subieron al ring sólo con el propósito de quitarme el miedo al chingadazo, de aprender a respirar con el protector, a ver con la careta, a convivir con el sudor, a poder abrir los ojos con el sudor, a empezar a "zuumbar" cuando tiras, no es sencillo, los que han pasado por acá lo saben, al menos, la primera vez, hay algo entre las rodillas y el ombligo (llámese región ovípara) que comienza a ponerse en histeria, es muy cercano a cuando uno sabe que hará el amor por primera vez en esos quinceaños de Mireyita Rosas, la tensión es tuya, la risa de los demás, el logro compartido, "todo se lo debo a mi manager o a los libros de sexualidad de 6to año de la SEP".

El devenir de la pelea no tiene sentido platicarla -el autor más bien no tiene orgullo para hacerlo-, hay caminos que están escritos mucho antes de comenzar a caminarlos, sólo un par de detalles, buen primer round, luego entendí lo pesado que pueden ser 700 grms en cada brazo cuando tienes que levantarlos o perder la dignidad ante un jovenzuelo de apenas 26 añitos. Fum fum -toma guey-, ganchito perro- no estoy tan flan- zam zam -ándale cabrón te duele el gancho-, ta ta ta -toma combinación-, -ay- mi hígado-, toma oreja -  morro párale que no es enserio-, cabeza -ey quédate quieto-tinga- auch- tunga-help- tringa-ay mi pierna no me responde- Tin tin- La campana que salva, la campana del Ypoa, bendita clausura del sufrimiento.

Mientras estaba ahí dentro, retaba a que me golpearan las zonas blandas, fue un modo digno de guardar la postura, sólo uno sabe el dolor que lleva dentro, cuanto está dispuesto a soportar por mantenerse de pie otro round, con la esperanza de que en ese otro round, la flauta suene y aquél poderoso enemigo caiga al suelo repentinamente de un gancho o un upper de la suerte, el famoso segundo esfuerzo del americano, el pónchate tirándole del beisbol, el sume la llegada de la natación, el pelea por lo que vale la pena de la vida.

El box, siempre exige corazón para ir adelante, técnica y astucia, si careces, el box te cobra, pero no es tan malo como parece ser, siempre al final, aunque un joven de 26 años venga con el empuje normal y te de una arrastrada, tus compañeros te abrazan al salir, cuando comprendes lo qué te paso o quién te paso por delante, sólo hay sonrisas normales en un proceso. Las 13 caidas de Cristo Boxeador, bendita sangre derramada, la capacidad de admitir la superioridad, el reto y la revancha, además adaptarse a la burla pública, restar improtancia a uno mismo, no tomarse tan enserio.

El ojo apenas se empieza a derramar, los antebrazos apenas se empeizan a dormir, la boca apenas se vuelve bembona, hoy salí a festejar, son las 3 de la mañana, y creo que en mucho tiempo, por fin podré dormir y sino, al menos soñaré que me veías y estabas orgullosa de mi, yo lo estuve, soy muy difícil de doblar, y al menos hoy los doblé a todos, pero de risa.

Recomendación de la semana:  the eye of the tiger de....no, tampoco mamen, love will tear us apart de Joy Division y amen hasta eructar el corazón.

jueves, 3 de febrero de 2011

Bienvenida.

Hola, como algunos sabrán, siempre me ha gustado escribir, hoy vuelvo a explotar mi necesidad aunada a la necedad, hoy podría volverse terapéutico expresarse, hoy los días no son los mejores, pero hoy es cuando hay que soltarse de los lugares comunes, que de algo sirven, que de nada curan, hoy.

"Nunca ha llovido que no escampe"
"Cuando la noche es más oscura es que empieza a amanecer"

-Son mamadas-

Medita: nunca se jodieron a alguien por robar, sino por que lo descubrieron, para vivir sin invitados en la jaula del dolor se requiere astucia, sinceridad y flagelación crítica. Así me gusta.Yo prefiero evitar la caricia ficticia y la verdad, estoy atado al drama y siempre he sido así, pasional, es como he vivido mi vida, por eso aprecio el tiempo que fui feliz y no aborrezco los momentos en que no lo fui, al contrario, entendí necesaria la caricia para saborear el látigo.

Abro tinta de guerra como trinchera, que no como escondite, sin muchas balas en la reserva, hoy me levanto, -te voy a lastimar- le digo al dolor, y él se regocija haciéndome soñar. Tu vas a venir, y yo te voy a estar esperando.

Bienvenidos a los lectores.
Recomendación: Philadelphia de Neil Young