jueves, 17 de marzo de 2011

Hoja al vuelo.

Salir al mundo sin salir de mi cuarto, en volandas uno viaja desde arriba de una bóveda celeste, puede ser el espíritu del cual me sostengo, una pared de libertad, las montañas terminadas en puerto, el calor de las manos que hoy dejo de sostener, este es el fin, aquí te termino de contar mi vida, acá te bajo del barco, recuerda, esto era un puerto, esto es hoy, un nuevo rosal.

El pañuelo, que antes caía en tu yugo, salpicaba mi nostalgia por tus besos, hoy alza vuelo y estremece el sentido, loca libertad, la de Gandhi, la de Mandela, la de la cárcel  que perdona y procura el amor que enaltece, la de cárcel y buenos deseos, la que se cierra con rejas muy fuertes y un enorme candado de pan y chocolate, te vas, porque yo ya no me quedé a ver si te ibas, te fuiste,  porque cuando quieras venir a por mi, yo estaré a dos pasos de gigante de aquí, a tres vuelos de molino, a dos avalanchas de nieve y almendra, durmiendo en un naranjo nuevo y frondozo, sin risa y llanto, con la cabeza recargada en lo fresco y el ojo brincando en el pasto.



Ya regresé firme para mi, casi que duele volar sin cadenas, viajando libre, sin maletas ni horarios, sin saber cuando vuelvo o si lo hago, con las ciruelas que sembré, hoy me veo completa, sin que pueda recaer, así por la distancia, que marca el mundo será Canada, ahi donde el tiempo no merecía, donde la caricia se hizo añicos, donde al vuelo de una hoja, regresé para apoderarme de mi cuerpo, de mi mente y de lo que tu quieres pero ya no tendrás.

Releo mi espejo, vuelvo para no regresar a cantar, sin el ritmo que marcaron tus pasos, la responsabilidad mía y única de la felicidad, el azúl, el verde, el morado, todo lo que se tenga que ir, ya lo he guardado, desde la misma barra de un lejano garito, con la noche espartana, con la lanza llena de sangre noble, sin Elena, con hambre de respirar, tú si sabes como, con ese aire frío, que se cuela entre las cejas y los sueños, con ese dolor frío que arremete y cala en la sonrisa, así te dejé hoy que el teléfono colgué. Vuelve a llamar, tal vez te conteste, no se desde que parte del mar.

Al valor de Alejandra Diaz.
La recomendación de la semana: Nessun dorma, cualquier versión del gran Lucciano.

3 comentarios:

  1. Te agradezco, también puedes criticarme.

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  2. ya se!! ten por seguro que cuando sea necesaro lo hare, hasta ahorita solo piedo decir ENORME!!! jajajaja

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